ZIGGY STARDUST
De David Bowie está todo dicho. Fueron
cinco décadas plenas de actividad creativa que se extendió a varias artes.
Precisamente en este álbum, de una u otra forma, están presentes varias de sus
facetas artísticas. Desde luego la musical, razón por la que llega a esta serie
de programas de los discos imprescindibles. Pero también la teatral, pues la
coreografía creada para los tres años de giras para presentarnos a este
extraterrestre bisexual llegado a la tierra para, transmutado en estrella del
rock, intentar salvarnos y fracasar en el intento, fue igualmente una obra de
arte basada en el teatro tradicional japonés kabuki, ayudado por el diseñador de moda Kansai Yamamoto. En
escena, Bowie era un auténtico performer,
apoyado en esa época por la extraordinaria guitarra de Mick Ronson y el resto
de los Spiders From Mars. Las letras –y la
propia historia de Ziggy- son también originales. El hecho de que en la
contraportada apareciese el to be played
at máximum volume acabó por rematar la presentación estelar de este disco
editado en 1972 y que hoy, escuchado de nuevo a volumen máximo, continua fresco
y convincente, confirmado por la crítica en múltiples listas como una de las
obras maestras de la música.
David Bowie continuó durante las
siguientes décadas investigando, explorando, editando y representando otras
obras, la mayoría magníficas, otras no tanto, para culminar con la
representación de su propia muerte en su último trabajo Blackstar, publicado
dos días antes de su fallecimiento. Performer
hasta el final. No es de extrañar, pues, nuestra devoción por Bowie, compartida
con miles, tal vez millones, de personas.
Nenhum comentário:
Postar um comentário